¿Quién está detrás de Dulcéa?

Mi nombre es Lucía Gabriel, y en este pequeño espacio quiero contarte mi historia y cómo nació Dulcéa. Para ponerte en contexto, debo retroceder unos años, cuando empecé a hacer velas decorativas en casa. En aquel momento fue algo pasajero, un simple pasatiempo al que no le di demasiada importancia. Pero con el tiempo, sin esperarlo, me di cuenta de que una vela nunca podía faltar en algún rincón de mi hogar. Fue entonces cuando regresó esa ilusión que creí perdida y decidí apostar por este pequeño proyecto, nacido de una pasión sencilla: crear momentos de calma y bienestar a través de la luz y el aroma de una vela.

Vivo en un pequeño pueblo de Valencia, rodeada de tranquilidad y mucho amor. De ahí surgió la inspiración para elaborar algo que transmitiera esa misma sensación de paz y calidez en cada rincón del hogar.

Cada vela está hecha a mano con cera de soja natural, una alternativa sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Cuidamos cada detalle, desde la elección de los aromas hasta el diseño, para que cada pieza sea especial y refleje el cariño con el que ha sido creada.

Dulcéa no es solo una marca de velas; es una manera de compartir lo que más me inspira: los pequeños instantes de tranquilidad, la belleza de lo simple y el placer de disfrutar del presente.

Quizás te estés preguntando por qué el nombre “Dulcéa”.
Desde el principio tenía claro que cada vela debía ser única, con un aroma dulce y acogedor, de esos que hacen pensar: “qué bien huele”. Al combinar esa idea con mi nombre —que significa “luz” en latín—, surgió Dulcéa, un nombre que une dulzura, luz y sentido.

Cada una de las velas Dulcéa es una pieza única, creada con paciencia y cariño. Porque cada vez que enciendes una vela Dulcéa, también enciendes un momento para ti.

Gracias por apoyar este pequeño emprendimiento, que apenas está comenzando 💛